Qué hacer cuando las cosas salen mal

En mi vida he tenido días por así decirlos feos. Esos en los que a veces te preguntas qué pasa. Todos creo que tenemos esas rachas en las que parece descomponerse las piezas del rompecabezas que llamamos vida. Pero es entonces cuando podemos elegir qué hacer con ello.


Es más que obvio que hay cosas que dolerán en el alma. Pero quizá, aun queda un poco de fuerza interior para poder parar y pensar qué puedo hacer para no hundirme en un estado peor.




Aquí te ofrezco unas pequeñas sugerencias que pueden ayudarte en esos ratos feos:



1. No generalices, todos tendemos a magnificar las cosas y de un solo evento fallido, pensar que todo es y será igual. Pregúntate ¿realmente es cierto que todo va mal? ¿qué podría estar bien o podría mejorar?

2. Evita tratar de hacerte la fuerte: es cierto que hay que evitar el drama pero no exageres, también es bueno darse el tiempo de desahogarse y buscar la forma de liberar las emociones contenidas. Hablar con alguien de confianza, la espiritualidad, las terapias, lo que sea que te ayude, si lo necesitas, hazlo. Si no, solo estarás postergando el dolor que se transformará en sufrimiento.

3.  Evita dejar de hacer cosas que te gustan. Descuidarte a ti misma lo único que provocará es que te sientas peor a largo plazo. Si las cosas que pasan en tu vida no tienes control sobre ellas, sobre ti si, entonces no permitas que nada te haga abandonarte. ¿Hace que tanto que no haces aquello que te hace sentirte plena - tocar un instrumento, bailar, cocinar postres, visitar a alguien especial, andar en bicicleta, etc.- ? Siempre podemos darnos un tiempo. Aunque sea media hora a la semana. Hacer esto no borra los problemas pero te hace la existencia más llevadera.

Si tu situación implica el proceso de enfermedad o pérdida, vuelvo a repetir el punto dos, no te quedes solo y busca ayuda. No estás sola, solo permítete recibir para poder encontrar el para qué de tu experiencia.



Un abrazo con mucho cariño, Namasté.