El mundo como lo estamos experimentando, nos está llevando a detenernos y evaluar qué es lo que estamos haciendo y hacia dónde queremos ir, cómo nos manifestamos en esta experiencia que llamamos vida.
Y muchos estamos inquietos por querer conectar con nuestra verdadera fuente, hacer lo que realmente nos apasiona y vivir felices, aprovechar esta oportunidad para entregar a los demás guías o luces para ese despertar de consciencia.
Te invito a que leas esta reflexión de Ernest Hemingway que compartimos en el curso.
¿A qué le temes?
Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mí mismo.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mí.
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo y en Dios.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.
Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
©Ernest Hemingway
¿Quieres despertar de la ilusión de miedo? El tiempo es ahora. Namasté