La violencia y el autoestima

La violencia es una realidad. No solo se expresa a través de golpes, armas y drogas. Hay otros tipos de violencia muy sutiles, pero que con el tiempo, dejan su huella. Ejemplos cercanos: los celos patológicos, el bullyng, el chantaje emocional, etc.


Todos podemos ser o hemos sido víctimas de violencia o maltrato emocional alguna vez. Con esto quiero decir que es obvio que el tener una autoestima sana o equilibrada no te exime que otras personas quieran ejercer sobre ti algún tipo de agresión.



Pero dependiendo de la personalidad y del nivel de autoestima que se tenga,  se determinará mucho el rumbo de la situación.

Una persona insegura, dependiente y que internamente tiene ideas de poca valía, e incluso complejos de culpa, terminará creyendo que es merecedora de la agresión, el rechazo y la humillación.

En otros casos, harán hasta lo imposible por “agradar” a los demás, incluso a los mismos maltratadores, con la esperanza de ser algún día merecedores de su aprobación. Pero esto solo agrava el problema, pues la persona comienza a sobrepasar límites, aprende a negar sus necesidades, no sabe decir no y siempre actúa hasta que otros lo hacen sentir seguro, otros se reprochan a sí mismos el “error” de ser "malos" o "poco valiosos".

En cambio, a una persona con autoestima sana, obviamente le dolerá la situación, - eso no te hace de hierro ;) – pero sabrá que a veces es necesario hacerse respetar, intentará resolver un problema con alguien cuando valga la pena, y en otras, sabrá que  es mejor alejarse de alguien, sin sentir culpa.

Nunca es tarde para empezar a valorarte. Eso no te hace egoísta, ni mala persona, te hace alguien centrado y que se respeta. No necesitas exponer tu integridad para merecer amor, tu ya lo eres.



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