Imagínate que han pasado cien años.
¿Qué te gustaría que contarán tus descendientes?
Te doy unos minutos para que lo reflexiones...
Recuerda, no todo es trabajo, no todo es la casa en orden, no todo son los logros académicos, que si son importantes, pero también lo son los recuerdos que dejamos sobre nuestra persona, los afectos y esos momentos especiales.
¿Cuál es la herencia emocional que quieres dejar?