Hablar del niño interior conlleva hacer mucha reflexión sobre uno mismo. No se trata de anclarse al pasado o buscar una solución ahí, sino de retomar lo aprendido como oportunidad de crecimiento, y sanar las heridas que queden pendientes.
Te comparto un ejercicio muy sencillo en el que con solo responder estar preguntas, te ayudará a reconectar un poco con tu niño interior.
¿Qué clase de niño fuiste?
¿Qué cosas te resultaban opresivas?
¿Qué cosas te alegraban y divertían?
¿Qué hubieras necesitado por entonces?
En caso de largas pausas, debe volver a plantearse la pregunta todas las veces que sean necesarias.
Por último, cierra los ojos, evoca esa imagen de tu niño y al abrir favor de responder a la última pregunta:
¿Y qué pasa ahora en este preciso momento?
Espero tus comentarios y si te gustan los ejercicios no olvides compartirlos en tus redes sociales :)