Es una necesidad humana el pertenecer. Sin embargo, esa necesidad a muchos nos pone en situaciones de sufrimiento innecesario. Proviene de una herida de rechazo, la cual, nos lleva a buscar casi con desesperaciòn el poder hacer todo para que el otro no me abandone o me pruebe que valgo la pena. Lo sè porque he pasado por ello, y por lo mismo te puedo afirmar que si es posible vivir de una forma distinta.
Si ese es tu caso, prueba las siguientes acciones.
1. Cuando te enfrentes al rechazo, reconoce en què maneras eres TU quien te rechazas. Magnificamos lo que vemos cuando confirmamos nuestros peores temores. Preguntate ¿mi interpretaciòn de esto es un reflejo de mi miedo? ¿còmo puede enseñarme esto sobre còmo me rechazo y còmo puedo cambiarlo?
2. Confronta la creencia de que otros te juzgan. No podemos adivinar el pensamiento de los demàs. Lo ideal es dejar de enfocarse en cosas negativas de lo que otros piensen.
3. Considere que no caerle bien a otros a veces es favorable. Si actuas como eres, sin censurarte para complacer a un pùblico serà inevitable caerle mal a alguien. Es incòmodo, si, pero es la ùnica forma de encontrar tambièn a quien si te valora por lo que eres. Cada vez que alguien te rechace, evita pensar en lo que te falta, piensa que simplemente no habìa afinidad. De seguro que hay alguien que si lo sea.
4. Lleva un diario de autoapreciaciòn. Lleva un registro de todas las cosas que valoras de tì mismo, la compasiòn y amor que muestras con otros, las acciones que honran tus necesidades genuinas, las veces que saliste adelante de situaciones difìciles, etc. Se capaz de ver tu fortaleza y tu grandeza, para no esperar que otros sean los que lo validen.