Semana 2 sentirte mejor


Socializa

El ser humano es social por naturaleza. Una persona solitaria tiene menos probabilidades de alcanzar un grado de bienestar mental satisfactorio. El objetivo es que compartas un rato agradable e intercambiar experiencias y opiniones. Sin embargo, es necesario que consideres lo siguiente:

* Que las personas que te rodean sean positivas. Es difícil no sentirse mal consigo mismo cuando te sientes constantemente criticado o estás rodeado de personas que se quejan sin cesar. Procura tu tampoco hacer eso.

* Que te valoren tal y como eres.No necesitas fingir ser alguien para que te acepten.

Recuerda que puedes elegir a tus amigos, ¿por qué no elegir las personas que te quieran genuinamente?

Alimenta tus relaciones, y enfòcate en lo que sea mejor para ti.


Semanas para ir mejorando tu autoestima


A continuación estaré brindándote por 8 semanas te mandaré un pequeño tip para sentirte mejor contigo mism@

Sé consciente de tu diálogo interior.
Frases como: “No sirvo para nada”, “Yo no soy así”, “Esta me va a ganar”, “No van a tener en cuenta mi opinión”, “Soy débil”… resuenan en la mente de las personas con problemas de autoestima.

Lo primero que tienes que hacer es ser consciente de estos pensamientos negativos y detenerlos para después sustituirlos por pensamientos mucho más poderosos , racionales y saludables. Alejarnos de lo bueno-malo, todo o nada, ayuda bastante. Ser realistas y positivos es posible. Es mejor pensar: "harè lo mejor que puedo", "esto se me dificulta pero aprenderè" etc., nos libran de cualquier etiqueta que pese de màs.

Anota tus reflexiones y veras que aprenderás a manejar mejor tu diálogo interno.


Libèrate

Te comparto un cuento de Jorge Bucay:

El Elefante encadenado

Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales... Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo.

Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir. El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: «Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?». No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez.

Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño. Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él. Imaginé que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro... Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede. Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza...

Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos pensando que «no podemos» hacer montones de cosas, simplemente porque una vez, hace tiempo, cuando éramos pequeños, lo intentamos y no lo conseguimos. Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré. Hemos crecido llevando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca. Cuando, a veces, sentimos los grilletes
y hacemos sonar las cadenas, miramos de reojo la estaca y pensamos: No puedo y nunca podré.

¿Cuàndo saldràs de tus cadenas?














Practicar el autoaprecio

Escribe todas las cosas que aprecies en ti, que a lo largo de tu existencia han sido motivo de orgullo, reconocimiento y logros, incluyendo todas las àreas de tu vida:

- familia
- pareja
- trabajo
- escuela
- salud fìsica



Puedes hacer un collage o lista, lo importante es que plasmes todo lo bueno de tì. Cuando terminas, responde estas preguntas:

¿cómo te sientes de ver todo tu potencial?
¿Què acciones tendrìas que iniciar para que dichas cualidades sean potencializadas?

Guarda tus resultados y tenlos muy a la mano, siempre es bueno recordar lo bueno que hay en nuestro interior.

¿Siempre tienes la razón?

Ego.

Sin duda es un elemento importante de la psique. Con la cual “lucho” por así decirlo día a día.

El tener la razón puede ser la causa de la separación humana. Todos queremos tener la razón. ¿ o no? Jeje :D